25 de diciembre de 2006

Las malditas decisiones.



Hace poco en alguna conferencia introdujeron a mi cabeza la idea de que en nuestras vidas siempre estamos sometidos a la decisión, desde despertar hasta dormir, todo está rodeado de ellas, entre este mar de juicios siempre abra algunos más importantes que otros, y dejando a un lado a aquellas decisiones involuntarias que ni siquiera percibimos paso a mencionar aquellas que nos ponen “entre la espada y la pared”.

Todos alguna vez hemos estado en el dilema de “lo que queremos y lo que debemos” o “lo que queremos y lo que también queremos” y mil variantes mas del mismo, desde el momento que prendemos la T.V. nos enfrentamos a un problema, hay 2 películas o programas en el mismo horario y coinciden hasta en los comerciales, ¿es acaso esto una casualidad?, tal vez lo sea, tal vez no, tal vez solo es nuestro cerebro el que no nos permite diferenciar lo necesario de lo efímero, ¿por qué digo esto? lo digo por qué no existen los términos medios, o hacemos una cosa o hacemos otra, así de simple es la vida solo que nosotros buscamos la forma de hacerla más complicada.

Cuantos hemos pasado por el clásico pensar, el momento de decidir entre lo que piensan mis amigos, lo que pensaran mis padres, lo que pensara el vecino, o hasta “que pensara Dios de mí”, y ¿que pensamos nosotros?, expondré un caso común y que cualquiera pueda entender:

Hace algún tiempo, en alguna etapa pasada de mi vida, conocí a un “alguien” que pronto paso a ser un amigo, para no hacer larga la historia solo diré que me termino gustando lo mismo que a él, y entre tantas afinidades paso que me gustaba la misma chava que a le gustaba a él, yo hice todo lo que estaba de mi parte para que “el” se atreviera a buscar más que una imagen pero nunca se atrevió y tanto fue el esfuerzo que no lo quise desperdiciar así que me decidí a ser “yo” el que actuara, como dicen “en el mundo hay 2 tipos de personas: los que se sientan a observar y los que se atreven a hacer las cosas” y el se quiso sentar así que ya no fue mi culpa, concluyendo que tal vez perdí un buen amigo y tal vez perdí un día de mi vida en algo inútil pero solo puedo decir que de las experiencias se aprende y si no hacemos algo hay siempre hay alguien que lo va a hacer por ti.

Pueden ver esto como egoísta pero el pensar primero en mi persona antes que en el mundo es lo que nos ayuda a tomar buenas decisiones, yo no digo que se tenga que ser egoísta para decidir correctamente, hay que analizar las consecuencias y los factores que influyen en toda decisión y mas aun tenemos que ver de qué manera estos se involucran con nosotros.
Así que ya saben, decidan lo distinto, no sean borregos por qué de borregos está lleno el mundo, si alguien critica sus decisiones, bien por el ya que cada quien piensa diferente, si tienen es sus manos la decisión de experimentar algo diferente y nuevo HÁGANLO, que la diferencia entre disfrutar la vida o hacer de ella una rutina radica en las decisiones que decidamos tomar.