Es triste cuando esperamos algo que nunca va a pasar, nos sentamos un día en alguna banca, con la esperanza de cualquier cosa, con la esperanza de que ocurra algo diferente a lo de siempre, con la esperanza de que alguien llegue, se siente a un lado y nos cuente su vida, y nos identifiquemos con esa persona y finalmente perdamos nuestra existencia y nuestra soledad, pero eso nunca va a pasar, tal vez el problema sea estar tanto tiempo sentados, tal vez ignoramos a todos aquellos que se pusieron frente a nuestros ojos para saludarnos, de cualquier forma nunca lo sabremos, ellos se fueron, como lo hicieron las esperanzas que nos mantenían firmes esperando.
Todo el tiempo he estado en esa banca, observando la gente que pasa, descubriendo como son, acostumbrándome a que de vez en cuando alguien se siente a un lado y me acompañe en mi existencia, para que luego se pare y se retire como muchos lo hicieron antes, al principio dolía un poco, pero el tiempo sabe enseñar muy bien, y de la ligera importancia que le pudiste haber dado, el que alguien se siente a tu lado se vuelve algo tan ordinario como la paciencia para seguir esperando.
He dejado pasar a muchos que algún día voltearon a verme, he olvidado e ignorado a otros más, y lo peor de todo es que nunca te darás cuenta de quiénes son esos "alguien" porque nunca te diste el tiempo para verlos de verdad, la soledad llega pronto, se instala y simplemente no deja sentarse a nadie más a tu lado, es una amiga celosa y aun así dejas que se meta en tu mente poco a poco hasta que no hay espacio para alguna otra cosa, hasta que empiezas a ser un poco más consciente de lo que has ido perdiendo, de lo que has ido dejando a un lado, como si el tiempo nos diera una segunda oportunidad para corregir nuestra vida, para corregir aquellos supuestos errores.
Poco a poco nos vamos acostumbrando a esta idea, nos abstraemos del mundo con la esperanza perdida y lo sueños olvidados, subestimando nuestra realidad, pero siempre la realidad nos grita en el oído (o manda a alguien a hacerlo) y todo lo que nos pudo haber pasado se convierte en una realidad vivida y un presente menos confuso, nos damos cuenta que solo estuvimos un segundo sentados, que en un segundo puede pasar toda nuestra vida y aun así tenemos una eternidad para relajarnos, caminar un poco y convertirnos en aquellos que levantaran de sus asientos a los otros, en fin, las posibilidades son, bueno, son posibilidades….
Todo el tiempo he estado en esa banca, observando la gente que pasa, descubriendo como son, acostumbrándome a que de vez en cuando alguien se siente a un lado y me acompañe en mi existencia, para que luego se pare y se retire como muchos lo hicieron antes, al principio dolía un poco, pero el tiempo sabe enseñar muy bien, y de la ligera importancia que le pudiste haber dado, el que alguien se siente a tu lado se vuelve algo tan ordinario como la paciencia para seguir esperando.
He dejado pasar a muchos que algún día voltearon a verme, he olvidado e ignorado a otros más, y lo peor de todo es que nunca te darás cuenta de quiénes son esos "alguien" porque nunca te diste el tiempo para verlos de verdad, la soledad llega pronto, se instala y simplemente no deja sentarse a nadie más a tu lado, es una amiga celosa y aun así dejas que se meta en tu mente poco a poco hasta que no hay espacio para alguna otra cosa, hasta que empiezas a ser un poco más consciente de lo que has ido perdiendo, de lo que has ido dejando a un lado, como si el tiempo nos diera una segunda oportunidad para corregir nuestra vida, para corregir aquellos supuestos errores.
Poco a poco nos vamos acostumbrando a esta idea, nos abstraemos del mundo con la esperanza perdida y lo sueños olvidados, subestimando nuestra realidad, pero siempre la realidad nos grita en el oído (o manda a alguien a hacerlo) y todo lo que nos pudo haber pasado se convierte en una realidad vivida y un presente menos confuso, nos damos cuenta que solo estuvimos un segundo sentados, que en un segundo puede pasar toda nuestra vida y aun así tenemos una eternidad para relajarnos, caminar un poco y convertirnos en aquellos que levantaran de sus asientos a los otros, en fin, las posibilidades son, bueno, son posibilidades….