13 de octubre de 2007

Nada en especial...



Es triste cuando esperamos algo que nunca va a pasar, nos sentamos un día en alguna banca, con la esperanza de cualquier cosa, con la esperanza de que ocurra algo diferente a lo de siempre, con la esperanza de que alguien llegue, se siente a un lado y nos cuente su vida, y nos identifiquemos con esa persona y finalmente perdamos nuestra existencia y nuestra soledad, pero eso nunca va a pasar, tal vez el problema sea estar tanto tiempo sentados, tal vez ignoramos a todos aquellos que se pusieron frente a nuestros ojos para saludarnos, de cualquier forma nunca lo sabremos, ellos se fueron, como lo hicieron las esperanzas que nos mantenían firmes esperando.

Todo el tiempo he estado en esa banca, observando la gente que pasa, descubriendo como son, acostumbrándome a que de vez en cuando alguien se siente a un lado y me acompañe en mi existencia, para que luego se pare y se retire como muchos lo hicieron antes, al principio dolía un poco, pero el tiempo sabe enseñar muy bien, y de la ligera importancia que le pudiste haber dado, el que alguien se siente a tu lado se vuelve algo tan ordinario como la paciencia para seguir esperando.

He dejado pasar a muchos que algún día voltearon a verme, he olvidado e ignorado a otros más, y lo peor de todo es que nunca te darás cuenta de quiénes son esos "alguien" porque nunca te diste el tiempo para verlos de verdad, la soledad llega pronto, se instala y simplemente no deja sentarse a nadie más a tu lado, es una amiga celosa y aun así dejas que se meta en tu mente poco a poco hasta que no hay espacio para alguna otra cosa, hasta que empiezas a ser un poco más consciente de lo que has ido perdiendo, de lo que has ido dejando a un lado, como si el tiempo nos diera una segunda oportunidad para corregir nuestra vida, para corregir aquellos supuestos errores.
Poco a poco nos vamos acostumbrando a esta idea, nos abstraemos del mundo con la esperanza perdida y lo sueños olvidados, subestimando nuestra realidad, pero siempre la realidad nos grita en el oído (o manda a alguien a hacerlo) y todo lo que nos pudo haber pasado se convierte en una realidad vivida y un presente menos confuso, nos damos cuenta que solo estuvimos un segundo sentados, que en un segundo puede pasar toda nuestra vida y aun así tenemos una eternidad para relajarnos, caminar un poco y convertirnos en aquellos que levantaran de sus asientos a los otros, en fin, las posibilidades son, bueno, son posibilidades….


2 de octubre de 2007

Las cosas q pasan en un día.


 


¿Han visto todas las cosas que pasan en un día? Reímos, sonreímos, vivimos, disfrutamos, sufrimos y perdemos algunas partes de nuestra vida, tal vez disfrutemos al perder algunos recuerdos, tal vez no nos damos cuenta que cada segundo que pasa es un instante que no podremos vivir nunca más, cada cosa que decidimos hacer o dejar de hacer es algo que no pasará nunca más.

Existen días en que no nos sentimos nada bien, estamos ahí, solos, inmersos en una realidad que es tan difusa que ni siquiera nos permite distinguir el motivo de nuestra pena.

-Sé que esto se solucionara-, decimos, -pasara y tal vez me ría, o tal vez odie a mi o a alguien más-. ¿Debemos dejar que esto pase y resignarnos? Yo siempre he pensado lo contrario, siempre he tratado de mantener ciertas normas que me mantengan tranquilo, pero que hacer cuando tus pequeñas reglas mandan tu felicidad a la… (Lejos), ¿qué significa todo esto?, ¿qué hacer cuando alguien más obtiene lo que tú quieres por el simple hecho de no reprimir sur instintos?, ¿sentarte y verlo disfrutar de lo que tú quieres? Pudieras por primera vez en tu vida ser honesto y dejar de reprimir tu libertad, dejar el miedo de “lo que pudiera pasar” y no vivir ignorando la felicidad que “pudiera traer”.

La vida está llena de decisiones y riesgos, trataré de ser feliz...



 

Ignorando...


 


Estoy enfrente de ti, tratando de ignorarte, de comprender tu presencia, tratando de comprender lo que siento. Aun no puedo hacerlo y el ignorarte también afecta todo lo demás, me afecta a mí mismo, descuido mi propia existencia, mis propias responsabilidades, y al final no ganó nada que me dé satisfacción ni sufrimiento, ni siquiera importa, el mundo también me ignora.

¿No es gracioso perder lo que no tenemos? Y ver pasar aquel que injustamente mereció lo que nosotros buscamos y que al fin cuando llegamos a encontrarlo, lo perdemos sin que siquiera hubiera sido nuestro un segundo, ni siquiera un instante, tal vez ese era el destino, después de todo nadie había dicho que iba a ser nuestro.